El otoño es una de las mejores épocas para adentrarse en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas; no sólo por los colores de su paisaje, salpicado de ocres, rojos y dorados, sino también por la variedad de sus sonidos.

Las primeras lluvias de mediados de septiembre anuncian la llegada de la berrea del ciervo, un espectáculo para los oídos que continúa con la ronca del gamo en octubre y los celos del muflón y el macho montés en noviembre.

El agua es otro de los elementos protagonistas de este espacio natural, el de mayor superficie protegida de España. La extensa red hidrográfica existente permite no sólo disfrutar de una gran variedad de flora y fauna sino también de conocer los nacimientos del Guadalquivir y el Segura, símbolos de la región andaluza.