Jaén es la tierra del aceite de oliva virgen extra, un ingrediente imprescindible en nuestras cocinas, parte de nuestra cultura y paisaje, dominado por millones de olivares, y el pilar básico de la dieta mediterránea. En los últimos años, la tierra de la que sale, aproximadamente, una de cada cuatro botellas de aceite de oliva virgen extra que se produce en el planeta ha vivido una transformación y una gran evolución en la calidad del producto. ¿El resultado? aoves únicos como Oleo Cazorla, un aceite de oliva virgen extra de variedad Picual – Royal, siendo la Royal la única autóctona de la Sierra de Cazorla y con Denominación de Origen Protegida. Un ejemplo de la búsqueda de la excelencia que se ha traducido en numerosos y constantes reconocimientos internacionales y en una cada vez mayor importancia en la alta cocina y en las recetas de chefs de talla mundial.
El sabor es uno de los grandes atributos del aceite de oliva virgen extra. El otro es que es saludable. Una dualidad que lo convierte en el mejor de los alimentos. El aove, además de poseer unas cualidades culinarias únicas, es sinónimo de salud y bienestar. Gracias a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico), el consumo de aceite de oliva aporta importantes beneficios, como prevenir enfermedades cardiovasculares, favorecer la función digestiva o, como demostró un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén recientemente, paliar dolores, al mejorar la producción de sustancias neuronales que actúan como “opiáceos” naturales del organismo. No podemos olvidar tampoco su relación con el aumento de la longevidad. Tanto es así que varios informes indican que en el año 2040 España será el país con mayor esperanza de vida.

Alguna culpa tendrán Jaén y su mar de olivos…

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